Cuarto
Mandamiento
Honrar a
los padres es obedecer, si se vive bajo su potestad, sus mandatos; mientras no
manden lo que es pecado, pues «es preciso obedecer a Dios antes que a los
hombres»(626). También asistirlos en sus necesidades y reverenciarlos con amor.
«Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor»(627).
En
algunas traducciones del Evangelio hay una frase que puede entenderse mal. Dice
Jesucristo : «El que no odia a sus padres no es digno de Mí»(628). Hay que
tener en cuenta que la palabra «odiar» en hebreo no tiene el mismo sentido que
en castellano. En hebreo significa «tener en menos». Por lo tanto el sentido de
la frase es:
«El que
antepone sus padres a Mí, no es digno de Mí».
La
desobediencia a los padres es más grave cuando se trata de cosas relacionadas
con el bien de nuestra alma : deberes religiosos, amistades, diversiones, etc.
La
obediencia a los padres cesa con la emancipación de los hijos, pero no el
respeto que les es debido, el cual permanece para siempre .
Tus
padres lo son todo para ti. Aunque sean viejos y achacosos, debes conservarles
el respeto y el cariño. No seas jamás un hijo desagradecido . Todo lo que
tienes, a ellos se lo debes. Dice la Biblia: «Cómo podrías pagarles lo que han
hecho por ti?»(629). Piensa en los pobres niños abandonados que no conocen a su
padre, ni saben lo que es el cariño de unamadre.A los padres no basta
quererlos, hay que manifestárselo. No hay en el mundo amor más desinteresado
que el de los padres: no es mucho pedir que ellos reciban alguna cálida
manifestación de cariño de sus hijos, que tanto agradecen.
Hoy se
habla poco de obedecer a los padres. Incluso algunos hijos se creen que
desobedeciendo dan muestras de independencia y personalidad.
Es decir,
que consideran la desobediencia como una valor. Esto es una equivocación. Esos
mismos jóvenes que no obedecen a sus padres que les aman, luego obedecen a los
amigos, a las modas, o a sus caprichos que les tiranizan. Cambian de obediencia
: la buena por la mala. Ser libre no es hacer lo que me da la gana. Ése es
esclavo de sus caprichos.
Libre es
el que voluntariamente cumple con su deber. La persona más libre fue Jesucristo
, que era Dios. Sin embargo cumplió con la voluntad de su Padre.
En este
mandamiento se contienen también las obligaciones de los padres para con sus
hijos, que son, además de amarlos: alimentarlos, vestirlos, instruirlos en
religión y en cultura, vigilarlos, corregirlos, darles buen ejemplo y
procurarles un porvenir humano proporcionado a su estado y condición social .
Es decir, educarlos física, intelectual, humana, espiritual y moralmente ; y
protegerlos de los peligros de alma y cuerpo. «Recuerden los padres que es
deber suyo vigilar cuidadosamente para que los espectáculos, las lecturas y
cosas parecidas, que puedan ofender a la fe o a las buenas costumbres no entren
en el hogar, y para que sus hijos no las vean en otra parte»(630).
Dijo Pío
XII en su discurso del 9-V-57: La sociedad es para la familia, no la familia
para la sociedad. La familia es una institución natural: es el origen de la
vida humana, y el recinto de la educación.
La
familia es vínculo de transmisión normativa. Pero es necesario que la normativa
moral y religiosa se dé con convicción, con motivación y con el ejemplo.
Debemos
colaborar con nuestros padres al bien espiritual de la familia, manifestándoles
aquellas cosas que ellos deben saber para corregirlas. A no ser que haya otro
modo más eficaz. Pero quien oculta los malos pasos de sus hermanos, por un
falso criterio de compañerismo, puede hacerse responsable ante Dios de las
faltas que queden sin corregir. El padre tiene obligación de corregir; pero
para esto necesita estar informado de lo que pasa. No exagerar las cosas.
Pero no
quitar importancia a lo que la tiene. Los padres son los primeros educadores, y
son ellos quienes deben decidir, y no el Estado, el tipo de educación que crean
mejor para sus hijos. El Estado debe ayudar a todos los niños en edad escolar
sin discriminaciones.
Sería
injusto que si los padres necesitan ayuda para la enseñanza de sus hijos, y el
Estado quiere cooperar, sólo ayude a los que asisten a las escuelas estatales,
y no ayude a los de las escuelas libres.
«Los
padres, como primeros responsables de la educación de sus hijos, tienen el
derecho de elegir para ellos una escuela que corresponda a sus propias
convicciones. Este derecho es fundamental.
En cuanto
sea posible, los padres tienen el deber de elegir las escuelas que mejor les
ayuden en su tarea de educadores cristianos.
Los
poderes públicos tienen el deber de garantizar este derecho de los padres y de
asegurar las condiciones reales de su ejercicio»(631).
La
educación es de una importancia transcendental y de una gran responsabilidad
para los padres.
Hay en la
vida muchos hombres que lamentan su desgracia por las faltas y descuidos de sus
padres.
En
educación, como en todo, se recoge lo que se siembra . A los niños,
gradualmente, según ellos vayan siendo capaces de asimilar, hay que inculcarles
la limpieza, el orden, la obediencia, el sacrificio, la lealtad, la
servicialidad, la honradez, el saber renunciar, etc. etc.
Acostumbrarlos
a portarse bien en todas partes, a practicar el bien aunque sea penoso, y a
huir del mal aunque sea seductor, (...) espontáneamente, y por propia
iniciativa, aunque nadie le vigile ni castigue . De mayores será muy difícil
que adquieran virtudes que no se les sembraron de pequeños.
Los
niños, para su buen desarrollo, necesitan caricias desde el primer momento. Se
han hecho estudios de niños atendidos perfectamente en sus necesidades vitales,
en centros especializados, pero faltos de cariño, que muestran anormalidades
características.
Pero los
hijos no se pueden tener mimados y consentidos . El niño mimado y consentido se
hace caprichoso y poco sociable. Esto le va a traer problemas de aceptación
entre sus compañeros en su edad escolar, y esto le va a dificultar su madurez
psicológica. Está comprobado que el niño que es bien aceptado por sus
compañeros, por sus cualidades personales, tiene un gran porcentaje de
probabilidades de una buena maduración psicológica en el futuro.
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